(El Principito. Antoine
de Saint-Exupéry)
En el frondoso bosque de los Ritos de la Francmasonería, el Rito o Régimen Escocés Rectificado (RER) es todavía una rara avis, pero en desarrollo, que se caracteriza por su resiliencia.
Se caracteriza por su aspecto aparentemente contradictorio. Cristiano, pero sin dogma. Penetrado por una doctrina, pero respetuoso de la más completa libertad de conciencia. Se propone profundizar en el espíritu cristiano, pero fuera de cualquier institución confesional o eclesiástica, gracias al método masónico aplicado progresivamente en la enseñanza y en la investigación según la analogía simbólica.
Sin entrar en detalles, la doctrina del RER trata sobre el destino humano y sus relaciones con el Eterno. Inspirada por Martínez de Pasqually, autor del «Tratado de la Reintegración de los Seres», se transmite en los rituales y símbolos propios del RER.
Otra particularidad del RER, es que se compone de cuatro grados simbólicos (y no de tres como los otros Ritos masónicos), Aprendiz, Compañero, Maestro y Maestro Escocés de San Andrés, y de una Orden Interior compuesta de un grado probatorio, Escudero Novicio, que desemboca, si el Escudero Novicio ha cumplido bien con su trabajo, en su Armadura como Caballero Bienhechor de la Ciudad Santa (CBCS), que es el último grado del RER.
El objetivo del Régimen Escocés Rectificado
El Régimen Escocés Rectificado tiene como objetivo la mejora individual, moral y espiritual, a través del trabajo que cada hombre tiene que hacer sobre sí mismo. Aboga por la beneficencia activa e iluminada hacia todos los hombres, cualquiera que sea su origen, sus opiniones o/y su situación social.
La sustancia de su pensamiento, reflexiones y símbolos, que pueden interpretarse masónicamente, se ilustra en los rituales. Nuestros rituales ofrecen itinerarios a nuestro viaje interior, que nos empujan hacia nosotros mismos recordándonos de manera impactante el
«Conviértete en quien eres».
Al igual que los Caballeros del Temple, que querían proteger a los peregrinos que se dirigían a Jerusalén,
nuestro régimen es una invitación constante a defender la tradición humanitaria ante el puro materialismo, el utilitarismo vil, el egoísmo frío y la arbitrariedad.
El origen del Régimen Escocés Rectificado
La disolución de la Orden del Temple durante el
Concilio de Vienne (1311-1312)
y el trágico final en la hoguera de su Gran Maestre,
Jacques de Molay (1240 a 1244-1314) y del Preceptor de Normandía
Geoffroy de Charnay (1251-1314) en 1314, marcaron el final oficial de los templarios.