A LA GLORIA DEL GRAN ARQUITECTO DEL UNIVERSO
 
GRAN LOGIA DE ESPAÑA - GRANDE ORIENTE ESPAÑOL

RITO ESCOCÉS RECTIFICADO

RESPETABLE LOGIA TAU N.º 12
 «OMNIA VINCIT AMOR»

Oriente de Barcelona

RER

El Régimen Escocés Rectificado
Sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.
(El Principito. Antoine  de Saint-Exupéry)


En el frondoso bosque de los Ritos de la Francmasonería, el Rito o Régimen Escocés Rectificado (RER) es todavía una rara avis, pero en desarrollo, que se caracteriza por su resiliencia.

Se caracteriza por su aspecto aparentemente contradictorio. Cristiano, pero sin dogma. Penetrado por una doctrina, pero respetuoso de la más completa libertad de conciencia. Se propone profundizar en el espíritu cristiano, pero fuera de cualquier institución confesional o eclesiástica, gracias al método masónico aplicado progresivamente en la enseñanza y en la investigación según la analogía simbólica.

Sin entrar en detalles, la doctrina del RER trata sobre el destino humano y sus relaciones con el Eterno. Inspirada por Martínez de Pasqually, autor del «Tratado de la Reintegración de los Seres», se transmite en los rituales y símbolos propios del RER.

Otra particularidad del RER, es que se compone de cuatro grados simbólicos (y no de tres como los otros Ritos masónicos), Aprendiz, Compañero, Maestro y Maestro Escocés de San Andrés, y de una Orden Interior compuesta de un grado probatorio, Escudero Novicio, que desemboca, si el Escudero Novicio ha cumplido bien con su trabajo, en su Armadura como Caballero Bienhechor de la Ciudad Santa (CBCS), que es el último grado del RER.

El objetivo del Régimen Escocés Rectificado

El Régimen Escocés Rectificado tiene como objetivo la mejora individual, moral y espiritual, a través del trabajo que cada hombre tiene que hacer sobre sí mismo. Aboga por la beneficencia activa e iluminada hacia todos los hombres, cualquiera que sea su origen, sus opiniones o/y su situación social.

La sustancia de su pensamiento, reflexiones y símbolos, que pueden interpretarse masónicamente, se ilustra en los rituales. Nuestros rituales ofrecen itinerarios a nuestro viaje interior, que nos empujan hacia nosotros mismos recordándonos de manera impactante el «Conviértete en quien eres».

Al igual que los Caballeros del Temple, que querían proteger a los peregrinos que se dirigían a Jerusalén, nuestro régimen es una invitación constante a defender la tradición humanitaria ante el puro materialismo, el utilitarismo vil, el egoísmo frío y la arbitrariedad.

El origen del Régimen Escocés Rectificado

La disolución de la Orden del Temple durante el Concilio de Vienne (1311-1312) y el trágico final en la hoguera de su Gran Maestre, Jacques de Molay (1240 a 1244-1314) y del Preceptor de Normandía Geoffroy de Charnay (1251-1314) en 1314, marcaron el final oficial de los templarios.


Sin embargo, no todos los caballeros, hermanos y sirvientes templarios fueron ejecutados, muchos de ellos regresaron a la vida civil o fueron acogidos por otras órdenes religiosas en Inglaterra, España, Portugal y Escocia. Así nació la leyenda de la subsistencia secreta de la orden. 

En 1738, el Caballero Ramsay (Andrew Michael Ramsay, 1686-1743), escocés y católico, miembro de la Royal Society, jacobita convencido, dió un famoso discurso en París sosteniendo que la masonería tenía sus raíces en la Orden del Temple y que sus principios se conservaron en Escocia. El ideal templario, aunque históricamente poco fundado, encontró terreno fértil en varios países, lo que condujo a la creación de logias organizadas según este modelo. El sistema más significativo fue creado en 1751 por iniciativa de Karl Gotthelf, baron von Hund und Altengrotkau (1722-1776), quien fundó en Alemania una masonería caballeresca, la Estricta Observancia, cuyo propósito era la restauración de la Orden del Temple.
En menos de 30 años, casi todas las logias alemanas y muchos talleres europeos se unieron a este nuevo sistema. Para 1780, el sistema tenía alrededor de 10.000 miembros en Alemania, incluidos alrededor de 1.500 en la Orden Interior. Fue el más poderoso de los sistemas masónicos en Europa continental.
 
El final de la Estricta Observancia Templaria

En 1760, Jean-Baptiste Willermoz fundó en Lyón la Gran Logia de los Maestros Regulares de Lyón, agrupando tres logias de San Juan. Estas últimas, en este sistema, estaban organizadas en tres grados azules o de San Juan y cuatro altos grados. Tuvo un gran atractivo y rápidamente aumentó el número de miembros.

Durante el Convento Nacional de las Galias celebrado en Lyón en noviembre y diciembre de 1778, los delegados redujeron el número de grados a seis, a saber, los tres grados de San Juan, el cuarto grado de San Andrés y los 2 grados de la Orden Interior, o sea, el de Escudero Novicio y el de Caballero Bienhechor de la Ciudad Santa. El Régimen Escocés Rectificado había nacido. Los rituales fueron reformados y se adoptaron dos nuevos Códigos, ambas obras muy importantes de Jean-Baptiste Willermoz.

En Alemania la Estricta Observancia acabó por diluirse, pero contribuyó a la formación de otros Ritos Masónicos de inspiración templaria, los llamados «Ritos de Gottorp» ya que sus inspiradores se reunían en este palacio del norte de Alemania. Estos Ritos, además del RER, son los de Zinnendorf, Schroeder y Sueco.
 
El nacimiento del Rito Escocés Rectificado

En 1782, en el Congreso de Wilhelmsbad, los representantes de las Provincias de la Estricta Observancia decidieron reconocer, para todo su sistema, las reformas de Lyón. Además, la filiación templaria, considerada históricamente no probada, se abandona expresamente, solo se conserva la referencia espiritual a la Orden del Temple. 

El duque Ferdinand de Brunswick-Lunebourg se convirtió en el Gran Maestro General de la Orden. Junto con el también príncipe Charles de Hesse-Cassel organizan una serie de encuentros en el Castillo-Palacio de Gottorp (situado en la ciudad de Schleswig, en una isla en el Schlei, a unos 40 km del mar Báltico, en el Estado federado alemán de Schleswig-Holstein) entre personas muy interesadas por la herencia esotérica templaria y que fueron, además, la semilla de otros ritos de inspiración templaria, y por lo tanto cristiana, como los anteriormente mencionados: Rito de Schroeder, Rito Sueco y Rito de Zinnendorf. 
Ahora «rectificado», el sistema toma el nombre de «Régimen Escocés Rectificado» (RER). Se dividió, como la Orden del Temple, en nueve provincias. A España le corresponden la Iª y IVª Provincias (Aragón y León), y están conformadas en el Gran Priorato Rectificado de España (GPRE).

El gran creador e inspirador del Régimen Escocés Rectificado (RER) fue Jean-Baptiste Willermoz (1730-1824) natural de Lyón (Francia). 

Hablar de Jean-Baptiste Willermoz es hablar de un masón de una envergadura excepcional, de los que no se encuentran muchos en un siglo. Es, sin lugar a dudas, una de las personalidades más eminentes y más considerables de la historia de la Masonería y que ejerció sobre su evolución una influencia determinante. Verdadero padre fundador del Régimen Escocés Rectificado, fue el arquitecto en jefe de un edificio que aún subsiste firmemente, a pesar de las sorprendentes vicisitudes por las que ha pasado desde su fundación en 1782. 

El RER contempla al hombre como un todo: su pasado, su presente y su porvenir. Su forma de verlo es relativo al propio ser del hombre, es una concepción ontológica. Una concepción que abraza la totalidad de los tiempos de principio a fin, y que se anticipa, en más de cien años, a René Guénon (1866-1951) en tanto que comporta la idea de una Revelación primitiva salida de una Iniciación primordial, de la que la iniciación masónica no es más que una modalidad: idea a su vez expuesta por Joseph de Maistre (1753-1821) en la noción de «cristianismo trascendente» y que expresa así en su Memoria al Duque de Brunswick:

«La verdadera religión tiene más de dieciocho siglos: nació el día en que nacieron los días. Remontémonos al origen de las cosas, y demostremos por una filiación incontestable que nuestro sistema aporta al depósito primitivo los nuevos dones del Gran Reparador». 
En Estrasburgo tanto los hermanos Bernard-Frédéric (1752-1831) y Jean-Frédéric (1780-1850) barones de Turckheim como Rodolphe Saltzmann (1749-1820) también jugaron un papel decisivo en la creación del Régimen Escocés Rectificado. Todos ellos, incluido Jean-Baptiste Willermoz, fueron discípulos del gran maestro Joaquín de las Casas Martínez de Pasqually autor de la obra «Traité sur la Réintégration des Êtres dans leur première propriété, vertu et puissance spirituelle divine» («Tratado de la Reintegración de los Seres a sus primeras Propiedades, Virtud y Potencia espirituales divinas»), probablemente una de las principales obras de Cábala cristiana, fundador y Gran Maestro de la «Ordre des Chevaliers Maçons Élus Coëns de l’Univers» («Orden de los Caballeros Masones, Sacerdotes electos del Universo»).

Otro gran inspirador del RER fue Jacob Boehme, teólogo alemán, que influyó de manera decisiva sobre el pensamiento del que fuera discípulo y secretario de Martínez Pasqually, Louis-Claude de Saint-Martin, el Filósofo Desconocido, que durante los primeros años fue un entusiasta colaborador de Jean-Baptiste Willermoz.
El Rito Escocés Rectificado, se caracteriza por una coherencia excepcional debido a la idea extremadamente precisa del resultado final buscado por sus creadores en el siglo XVIII, que supieron manejar con gran habilidad materiales simbólicos y rituales de diferentes orígenes para dar a luz una obra homogénea pedagógica e iniciática.
De referencia cristiana primitiva, o sea, anterior a los dogmas del Concilio de Nicea I, nuestro Rito obtiene sus referencias doctrinales y sus valores, entre los que destaca la superación del odio y de la venganza mediante la «Ley del Amor», y que se resume en la célebre frase: 

«Os doy un mandamiento nuevo: 
que os améis los unos a los otros
que, como yo os he amado, así os améis también entre vosotros» 
(Jn 13 34)
La perspectiva esotérica que lo acompaña trasciende todas las concreciones particulares del hecho religioso fuera de todo dogmatismo, su propósito es reunir lo que está disperso y aspira a guiar al hombre hacia la unidad del Principio.

El Régimen Escocés Rectificado practica una masonería viva, una masonería activa acorde con la realidad de la sociedad en la que vivimos.

Nuestro objetivo principal es construir nuestra libertad interior para que podamos mejorar.

Como resultado, el Rito Escocés Rectificado ha creado un sistema de valores al que nos adherimos.

Esto nos permite elevarnos hacia un plano espiritual reconociendo un Poder Superior.
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