A LA GLORIA DEL GRAN ARQUITECTO DEL UNIVERSO
 
GRAN LOGIA DE ESPAÑA - GRANDE ORIENTE ESPAÑOL

RITO ESCOCÉS RECTIFICADO

RESPETABLE LOGIA TAU N.º 12
 «OMNIA VINCIT AMOR»

Oriente de Barcelona

¿Quiénes somos?

¿Quiénes somos?

¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Adónde vamos?

Estas tres preguntas, las únicas esenciales y vitales, las únicas que valen, no han cesado desde que hay hombres, y piensan, de perseguirlos y de atormentarlos con esa angustia metafísica que está en el corazón mismo de la condición humana.

Ahora bien, de estas cuestiones, Willermoz consiguió las respuestas que disiparon esta angustia y le proporcionaron, dice, «esta paz interior del alma, el beneficio más precioso de la humanidad, respecto a su ser y respecto a su principio»; también hizo «disfrutar la misma dulzura» a sus «émulos» y, posteriormente, a nosotros mismos, que pertenecemos al Régimen fundado y organizado por él.


Γνῶθι σεαυτόν, Temet nosce, Nosce te ipsum, Conócete a ti mismo.

El fundador del Régimen Escocés Rectificado, Jean-Baptiste Willermoz, nació en Lyón en 1730, fue un Masón de una envergadura excepcional. Fue el arquitecto principal de un edificio que aún perdura.

En su gran empresa de reforma, de rectificación, de la Masonería, Jean-Baptiste Willermoz tuvo la genial idea de constituir su propio sistema, que transmitiría, al mismo tiempo mediante la enseñanza y por la iniciación, la doctrina de «La Reintegración de los seres» de Martínez de Pasqually. Doctrina que consideró, desde que la conoció, que debía estar siempre, en la base de la Masonería primitiva y auténtica.

«El hombre fue creado a imagen de Dios y según su semejanza. Con la caída perdió la semejanza, pero la imagen, huella divina, se mantiene inalterada».

«El objeto y el fin de la iniciación es el retorno de la deformidad a la conformidad, del estado caído al estado anterior a la caída».

Todo el sistema elaborado por Willermoz, es decir, el Régimen Escocés Rectificado, se modela, y sus formas se adaptan, para permitir que la iniciación opere de esta manera.

El resultado fue el Régimen Escocés Rectificado, que fue oficialmente sancionado, a nivel local, por el Convento de las Galias, en Lyón en 1778 y después, en el plano internacional, por el Convento de Wilhelmsbad, en Alemania en 1782.

«La masonería fundamental tiene un fin universal, 
que la moral sola no podría llenar. 
La práctica de la sana moral y de los deberes sociales 
son el fin aparente de los grados, 
pero estas virtudes no pueden ser el fin real, pues: 
¿tendría necesidad entonces de emblemas, de secretos y de iniciación? 
Su fin es iluminar al hombre sobre su naturaleza, 
sobre su origen y sobre su destino».

Jean-Baptiste Willermoz




¿Cuál es nuestro Rito?

Trabajamos en el Rito Escocés Rectificado (RER), que es un rito en el espíritu más puro de la Ley del Amor que constituye su fundamento. Por tanto, es un rito cristiano.

Es un rito sin dogmas, pero con referencias bíblicas muy presentes, como por ejemplo la Biblia abierta en el prólogo del Evangelio según San Juan sobre el altar en el Oriente.

La Biblia está en el Oriente, pero está orientada hacia el Occidente para guiarnos a través del maravilloso mensaje de la Ley del Amor. Representa la luz necesaria para el perfeccionamiento de nuestros trabajos y nos recuerda nuestra búsqueda iniciática que consiste en recuperar la Luz Divina que hay en nuestro corazón.

La conciencia de esta conexión con lo divino nos permite vislumbrar el camino del retorno desde la unidad a la fuente infinita de Conciencia, de Luz, de Amor y de Vida.

Es a través del trabajo simbólico de la reconstrucción de nuestro templo interior como esa parte de la Luz Divina encontrará una casa digna de acogerla, pero sobre todo un templo interior que le permitirá desarrollarse e irradiar para nuestro bien y el de los demás.

¿Cuál es nuestro sistema de enseñanza?

«El Hombre es por naturaleza bueno, justo y compasivo 
¿Por qué se encuentra tan a menudo en contradicción consigo mismo? Estudiad seriamente la causa, es muy importante descubrirla».

Nuestro sistema de enseñanza se articula mediante una escala de grados.

El primer grado del RER representa al Hombre en general, en su dualidad y separado de sus lazos con lo divino que hay en él. Mediante el trabajo de la piedra bruta, en la búsqueda de la luz, el Aprendiz Entrado encontrará la vía interior que le da el acceso a la débil chispa divina oculta en lo más hondo de su ser.

En el segundo grado, el de Compañero del Oficio, el trabajo de la piedra cúbica evoca una búsqueda de perfeccionamiento moral que tiene en cuenta el equilibrio entre el aspecto vertical (espiritual) y horizontal (material) bajo el control riguroso de la escuadra.

Estos dos primeros grados representan el trabajo sobre uno mismo y el perfeccionamiento moral resultante. San Juan Bautista es el patrón de estos dos grados que no dan todavía acceso al santuario.

El tercer grado marca el paso a una dimensión espiritual por el símbolo de la resurrección de Hiram en cada Maestro de San Juan. El trabajo sobre la plancha de trazar evoca una búsqueda de perfeccionamiento espiritual. El Maestro de San Juan obtiene las herramientas que le permiten trazar los planos para la reconstrucción de su templo interior. San Juan Evangelista es el patrón de este grado.

En el cuarto grado, el Maestro Escocés de San Andrés abandona las cadenas que marcaban su servidumbre, encuentra de nuevo la palabra de Maestro que se había perdido y trabaja en la reedificación de su templo interior marcando así el retorno al Hombre original, como fue creado a imagen y semejanza del Gran Arquitecto del Universo. Es el retorno a la unidad, a la armonía con el universo. El espíritu y la materia son uno.

Esta iniciación en cuatro grados del RER muestra el camino que nos permite pasar progresivamente del estado de Hombre separado de su enlace divino al del Hombre primero.

Ello representa la apertura hacia una nueva dimensión, la de los grados de la Orden Interior: Escudero Novicio y Caballero Bienhechor de la Ciudad Santa.

Este cuarto grado de perfeccionamiento simbólico es un grado bisagra que corresponde a una enseñanza iniciática coherente y completa del Rito Escocés Rectificado en seis niveles.

Este grado representa el fin de la reconstrucción del Templo Interior.


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